El agua que se bebe no es la única fuente de agua del cuerpo. Los alimentos comunes contienen grandes porcentajes de humedad. Otra fuente de agua de la cual se valen los tejidos está constituida por los líquidos producidos dentro del cuerpo en virtud de los procesos químicos de la digestión. Algunos animales que viven en el desierto obtienen de sus alimentos y de sus procesos de digestión suficiente cantidad de agua para satisfacer las necesidades de su cuerpo durante días. Pero el hombre necesita más de lo que puede obtenerse por estos medios.
Se han realizado estudios científicos para contestar la pregunta de cuánta agua debe tomar, término medio, una persona. Estos estudios han tomado en consideración la necesidad de agua de las diversas funciones orgánicas, el promedio diario de pérdidas de agua a través de los órganos eliminatorios y la cantidad promedio de agua que se introduce en el cuerpo por diversos medios. Estos estudios han permitido reconocer que el término medio es beber unos siete vasos grandes de agua por día. En condiciones extremas, en los días cálidos de verano o haciendo trabajo físico excesivo acompañado de transpiración, esta cantidad debe ser aumentada proporcionalmente. Una guía segura es observar el color y la cantidad de la orina. Cuando la orina llega a parecer concentrada, es evidencia de que el cuerpo se halla en necesidad de más agua.
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